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La gestión del amedrentamiento en la Iglesia Católica


Amedrentar, meter miedo al pueblo, que los réditos que obtienen a lo largo de muchos años permite a un grupo pervivir en el pasado, en el presente, pero no en el futuro

Los intereses económicos que ha obtenido la iglesia católica acobardando a la gente no han sido en vano. Su patrimonio es tan grande, tan inmensamente grande, su capacidad de influencia es tan elevada, que cualquier persona un poco culta y algo imparcial no puede dejar de preguntarse cómo ha podido ser todo esto. ¡Qué cantidad de personas han engañado y han amedrentado, durante los siglos que ha durado esta situación!

Dando un paseo por la historia, a lo largo de los años y de los siglos ha practicado el acobardamiento. La iglesia —cariñosa, bondadosa, como siempre— que en los años mil quinientos y pico quemó vivo a Giordano Bruno, cosmógrafo, cosmólogo y poeta, después de una instrucción de casi nueve años en la que pasó esa tormenta en una mazmorra. Tan solo unos años después, estuvo a punto de quemar vivo al mismo Galileo Galilei si no se retractaba de afirmar que la tierra no era el centro del universo. “Y sin embargo se mueve”, se dice que susurró disimuladamente tras renunciar a sus postulados ante el tribunal, refiriéndose a los movimientos de la tierra alrededor del sol.

Las andanzas con el maligno del que eran acusados muchas personas, son solo un ejemplo del trato afable y amable que siempre han dispensado los sacerdotes, curas y obispos, a todos los científicos y a todos los que discrepaban de la forma de pensar tradicional. Incluso se llegó a inventar a unos seres que se ocupaban de luchar con los seres humanos, y de llamarlos íncubos y súcubos, para tratarlos adecuadamente en su lucha con los humanos.

En la época de la conquista de América, se mandaba y se maniobraba para que los virreyes fueran personas de pocas luces y que una vez que estuvieran en el gobierno se legislara y se actuara de forma que los monjes los tuvieran cerca, y además pudieran tomar todo tipo de decisiones que supusiera una forma de pensar que era la que a ellos les convenía

La organización que mandó torturar en la época de la inquisición a personas por el simple hecho de no creer en sus postulados, o para robarles sus ideas, pertenencias físicas o morales fue la iglesia católica.

No necesitan todos aquellos seres oprimidos, el pueblo, que sin tener ningún mal espiritual, ni ningún mal sexual, ningún mal material, los consejos y el asesoramiento de los sacerdotes, que veían resuelto un problema supuestamente moral o ético, cuando no haciendas, heredades o propiedades que vendían y compraban mediante el conocimiento que lograban en las confesiones, etc.

El sentimiento de pecado y su comportamiento pro-religioso, mayor en las mujeres que en los hombres, tuvo que recuperar mucho terreno. El amedrentamiento sexual muy superior en las féminas, afectó de forma grave la estabilidad de muchas parejas y su futuro de convivencia. A través de este miedo, se controla el comportamiento de las personas, su sexualidad, y su sentido de pecado.

A través de este amedrentamiento —de crear miedo en las personas— las hicieron más dóciles, más maleables, más sumisas, con los objetivos de los poderosos que en definitiva, han sido los hombres de la iglesia o aquellos hombres que por estar a bien con los eclesiásticos, tomaban decisiones que afectaban al conjunto del pueblo, pero principalmente a los hombres del clero. No se han fiado de nadie que no haya pertenecido a la iglesia.

Los eclesiásticos saben que en la sociedad hay sufrimiento real, y que ese sufrimiento hay que gestionarlo, hay que administrarlo, adecuadamente. Partiendo de él, surge el temor de dios, como amedrentamiento para que el pueblo tema las consecuencias de su comportamiento. Genera beneficios para unos pocos.

En el periodo que duró aproximadamente 1500 años, desde el 375 de nuestra era, el conocimiento fue muy escaso y no fue casual que así fuera. Hubo una intencionalidad. La servidumbre de la gleba, la falta de sabiduría que había en toda la sociedad, la opacidad en general, era mayoritaria; solo sobrevivía en algunos monasterios, en algunos conventos. Como contrapartida de tanta estulticia en el mundo cristiano, los primeros siglos de las dinastías abasidas musulmanas, fueron dirigidas a la creación de experiencia y sabiduría sin importar el país de origen, ni la época en la que fue creada,
 por los indios, los egipcios, o los caldeos

Acabando el paseo por la historia, se acabó el amedrentamiento. Se acabó la iglesia católica. Dios no existe, eso está claro, pero a lo largo de muchos años, de muchos siglos, nos han metido el miedo en el cuerpo.

Permítanme ponerles ahora la letra de una canción, de un cantautor llamado Atahualpa Yupanki, que entró en la polémica sobre la existencia de dios. Lo mejor que nadie puede decirles sobre el tema.

 

Atahualpa Yupanki en “Preguntitas sobre Dios”


Un día, yo pregunté
Abuelo, ¿Dónde está Dios?
Mi abuelo se puso triste
Y nada me respondió

Mi abuelo murió en los campos
Sin rezos, ni confesión
Y lo enterraron los indios
Flauta de caña y tambor

Al tiempo, yo pregunté
Padre, ¿qué sabes de Dios?
Mi padre se puso serio
Y nada me respondió

Mi padre murió en las minas
Sin doctor, ni protección
¡Color de sangre minera
Tiene el oro del patrón!

Mi hermano vive en los montes
Y no conoce una flor
Sudor, malaria y serpiente
Es vida del leñador

Y que naidie (nadie) le pregunte
Si sabe dónde está Dios
¡Por su casa no ha pasado
Tan importante señor!

Yo canto por los caminos
Y cuando estoy en prisión
Oigo las voces del pueblo
Que canta mejor que yo

Hay un asunto en la tierra
Más importante que Dios
Y es que nadie escupa sangre
Pa' que otro viva mejor

¿Qué Dios vela por los pobres?
Tal vez sí y tal vez no
¡Pero es seguro que almuerza
en la mesa del patrón!

Ángel Villazón Trabanco
Ingeniero Industrial
Dr. Dirección y Administración Empresas


1 comentari:

Albert Riba Cañardo ha dit...

Excel·lent article d'en Angel, podriem comparar la realitat actual que ens envolta amb la descripció d'una tècnica de manipulació humana